sábado, 10 de enero de 2009

El destino es cruel y los seres humanos míseros...


Como de costumbre Jorge, había madrugado, y nos había preparado el desayuno. Mientras dábamos cuenta del café y de las tostadas con aceite, nos leyó, el cuento que antecede. Chesterton era uno de sus autores predilectos y por eso, pese a su conocida aversión a los derechos de autor, lo mencionaba con agrado, siempre que podía.
Para poder llegar al trabajo tuvimos que ponerle las cadenas al coche, el día seguía frío y nublado, aunque no nevaba y para ser viernes transcurrió con mucha más pena que gloria.

Son las seis de la tarde, y con las piernas junto al brasero de la mesa camilla, miro por la ventana , de nuevo empieza a caer agua nieve . Debo haber pescado un buen resfriado, me duele la cabeza demasiado para seguir con la lectura. Pongo un momento la televisión, para ver las noticias. El ejército de Israel masacra a la población de la franja de Gaza. En plena ola de frío, el gobierno ruso deja sin calefacción y agua caliente a la población de 13 países en Europa del Este. Las cifras del paro en Estados Unidos, son las peores desde la Segunda Guerra Mundial. En España se produce la enésima mujer asesinada por la violencia machista. Mueren de frío en la patera que ha llegado a la isla de Alborán, varios de los sub-saharianos ... Apago, un poco asqueada, el dichoso aparato.
Opto por la mejor solución en estos casos,me tomo un vaso de leche caliente con una aspirina y me voy a la cama. Llevo ya un buen rato a oscuras viendo caer la nieve silenciosa por los cristales de la ventana. En la calle la nieve refleja una extraña claridad como de ensueño ¿o será la fiebre?. Antes de dormirme trato de pensar en algo reconfortante. Se me viene a la cabeza la siguiente frase, "El destino es cruel y lo seres humanos míseros. En un mundo hecho de este modo, quien tiene muchas cosas en sí mismo se parece a la clara, templada y alegre habitación navideña en medio de la nieve y el hielo de la noche de diciembre".

1 comentario:

  1. Toda esa miseria es una verdad objetiva. Pero yo me alegro de no ser como esos míserables, y de que tú tampoco seas así. El problema no es que haya personas miserables, porque los hay, sino que el problema es que las noticias solo hablan de ellos y no de las buenas personas como tú y como yo y como muchas otras personas que hacemos que la vida valga la pena con nuestro buen humor y nuestras buenas acciones cotidianas.

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