martes, 6 de enero de 2009

El caballero platónico.

" Durante toda mi vida tuve conciencia de épocas y lugares en donde jamás viviera; he advertido otras personalidades, diferentes de lo normal, que latían emboscadas en mi yo".



Quizá tú también, que vas a ser mi lector, recuerdes experiencias semejantes. Lee retrospectivamente, hacia la infancia en el libro de tus memorias, y recordarás acaso, como experiencia de tú niñez, esta vislumbre de conciencia de la que te hablo. Vagas visiones de otras épocas y lugares que atisbaron tus ojos de niño. ¿Hoy te parecen sueños?.
Cuando niño soñabas que caías de grandes alturas o que flotabas en el aire como alada presencia, te atormentaban sueños de arácnidos y monstruos, oías voces y contemplabas rostros y personajes que se hacían familiares a fuerza de presenciarlos en tus insomnios y pesadillas. Admirabas auroras y crepúsculos de épocas remotas que jamas percibieron tus ojos de carne.
¿De dónde provienen esos recuerdos, acaso de otras vidas, de otra existencia?. Apenas nacemos los muros de carne de nuestro cuerpo se levantan para interponer en nuestra mente el velo del olvido.Sin embargo, en nuestra primera infancia logran romper la muralla de carne ciega algunos destellos de recuerdos furtivos.*
* El pasaje esta adaptado de un curioso y conocido libro de Jack London, titulado: "El Peregino de las estrellas" o "El vagabundo de las Estrellas".

Agilulfo, participaba de la teoría del conocimiento de Platón: creía en el origen innato de las ideas, y en la explicacion dada en el hermoso Mito de la Caverna. ¿Y si los humanos vivieran en el seno de una caverna?. ¿ Y si presos en la cárcel corporal de sus deseos y de sus necesidades físicas, fueran incapaces de percibir el mundo de la realidad?.
¡Tal vez, por eso siempre tildaban de loco y apartaban a un lado, al que venía a alterar su querida costumbre, su "vida cotidiana": Una ficción de sombras desvaidas, hecha con los reflejos de una hoguera en la oscuridad de la cueva!
Ahora que había salido de la armadura, una envoltura, también provisonal como la del cuerpo -pero no una cárcel, ya que no sólo se podía abandonar, sino también regresar a ella de nuevo, a voluntad- Agilulfo se sentía mucho más ligero. ¡Tan ligero como el puro pensamiento, en que ahora consistía!. En estado de completa invisibilidad, nuestro Caballero Inexistente ya no podía actuar, sino tan sólo contemplar. No podía hacer explicíta su presencia, ni intervenir en los acontecimientos humanos de ningún modo.
En cambio como se verá mas adelante en esta historia, esta contemplación, ya no vendrá sujeta al espacio y el tiempo, según las limitaciones que estas "formas apriorísticas de la sensibilidad", (como las llamó el Gran Filisofo de la Modernidad) suponen. Sino que su contemplación por decirlo en pocas y bastante pedantes palabras, será: "sub especie aeternitatis".

Bel Riposo. A. Vivaldi. Philippe Jarousky- C. Spinosi.

1 comentario:

  1. Esta vez no comento, sino que pregunto: el gran filósofo de la modernidad es Kant, ¿verdad?

    Y otra pregunta: la cita latina quiere decir más o menos "bajo la perspectiva de la eternidad", ¿verdad?

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