martes, 20 de enero de 2009

El amor para Agilulfo.


“Que tus intereses sean los más amplios posibles y que tus reacciones hacia las personas y las cosas sean amistosas en vez de hostiles.” Este es el secreto de la alegría.

El interés amistoso por las personas es una variante del cariño, pero no del cariño que quiere poseer y busca siempre una correspondencia categórica; este último es casi siempre un motivo de desgracia. Lo que contribuye a la alegría es observar a la gente y encontrar placer en sus rasgos individuales, procurar ayudar en sus intereses a las personas con quienes nos ponemos en contacto, sin deseo de influir en ellos, ni de asegurarnos su entusiasta admiración. El querer a muchas personas espontáneamente y sin esfuerzo es, tal vez , el mejor medio de conservar y ampliar la alegría.

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