J.L. Borges
La belleza perfecta, la bondad en estado puro no existen en este mundo, sino más bien sus limitaciones. Precisamente porque existen esos límites tienen sentido para nosotros la grandeza moral y la belleza estética. Examinando estos límites y la voluntad que alguien pone en traspasarlos, es la única manera que tenemos de llegar a apreciarlos.La dignidad humana se sustenta en la posibilidad de traspasarlos por decisión propia.
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