jueves, 3 de septiembre de 2009

¡Vanitas, vanitatis!

La sagacidad tiene algo de adivinación que halaga más nuestra vanidad que todas las demás cualidades del entendimiento. La prueba del nueve: Nos encanta adivinar lo que piensan los demás, pero que poquito nos gusta que hagan otro tanto con nosotros.

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