Un libro puede acercarnos a un lugar y a sus gentes mucho mejor que un viaje. Puede recrear – o fingir- lo que ya no puede recordarse porque hace años que ya no existe. Tiene poder para convocar en nuestro interior lo que antes no eran sino sombras surgidas de las ruinas del pasado, del estéril suelo del olvido y la ignorancia.
Cuando ese hecho, casi milagroso, sucede; el libro, el cuadro, la música, han suscitado la belleza. Algo, que hacia un momento nos parecía imposible, a tenor de nuestras difíciles circunstancias, de nuestra torpeza para sortear el día.
Cuando ese hecho, casi milagroso, sucede; el libro, el cuadro, la música, han suscitado la belleza. Algo, que hacia un momento nos parecía imposible, a tenor de nuestras difíciles circunstancias, de nuestra torpeza para sortear el día.
Es un placer leer tus escritos. Cultivas la virtud de la concisión. Estoy 100 % de acuerdo con lo que dices aquí.
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