martes, 30 de diciembre de 2008
Dorotea.
UNA RESEÑA LITERARIA.
Desde mi primera lectura del Quijote he sentido una extraña fascinación por el personaje de Dorotea .” La divina Dorotea” aparece en el capítulo 28 de la Primera Parte, cuando Sancho en compañía del Cura y del Barbero se internan en Sierra Morena para tratar de convencer a Don Quijote de que deponga su actitud y vuelva a su aldea. En el capítulo anterior, Cervantes anuncia su historia en boca de “Cardenio”, otro personaje enamorado de indudable atractivo y a quien D. Quijote trata de imitar retirándose a hacer penitencia a lo más abrupto de la sierra .
Dorotea se nos va mostrando paulatinamente, por partes, como un preciado tesoro , que hay que contemplar en silencio. Al principio es tomada por un joven, de estilizada figura que baña sus pies en un riachuelo. La belleza de sus pies comparados al cristal, la de sus piernas que va desnudando poco a poco, y se equiparan al alabastro, los rubios cabellos de la doncella, que se descubren y esparcen al quitarse la montera, la espalda apenas tapada por los cabellos, las delicadas manos... componen un cuadro de indudable carga erótica, donde el voyeurismo de los personajes- ocultos tras las maleza del camino- aumenta la recreación contemplativa del lector. Esta descripción preciosista, con su permanente referencia a las cualidades angelicales, a la belleza divina que no pasa, es una de las mejores estampas del ideal de belleza renacentista.
La misteriosa doncella comienza a narrar su historia; es locuaz y al mismo tiempo discreta, su memoria es felicísima ( ya conocíamos parte de su historia por Cardenio), la agilidad y la gracia insuperable con que cuenta su vida nos revela lo más apasionante del corazón femenino. Dorotea es “una amante despechada”, acaso la imagen de mayor fuerza seductora en el ánimo masculino. El propio Cervantes compara este personaje a una estrella, “cuyo brillo desaparece al alba”.
El encanto del personaje es tal, que el autor, vadeando su propia historia- enmarcada en las dobles parejas de amantes: Cardenio y Luscinda, D Fernando y Dorotea- la convierte durante unos pocos capítulos en el latido emocional de la historia principal. Dorotea posee un alma generosa, entregada al mandato cristiano de redimir el propio dolor haciendo el bien. Su intervención en la trama urdida por el cura, como la princesa “Micomicona”, para lograr trasladar a Don Quijote hasta la aldea, contiene a mi juicio, algunos de los momentos cumbres del humor cervantino. La ingenuidad, el desparpajo, la admirable inteligencia femenina del personaje, producen un efecto de apaciguamiento en la historia principal . El eje del Quijote queda trivializado, ya no habrá más palizas, ni destarifadas aventuras de tono picaresco, la trama irá ganando en sutileza psicológica y profundidad moral, como si el alma del caballero andante quedara para siempre prendida de esta fulgurante aurora estelar.
The King's Singers. Il bianco e dolce cigno. Madrigal amoroso
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Dos veces a lo largo de mi vida he leído "El Quijote". Lo estudié en la carrera de filología. Pero leyendo tu reseña he aprendido mucho. Eres verdaderamente un hombre muy culto y preparado.
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